Ya a La Trinca le pareció importante el tubérculo, que cantó: “Pasa con el Darwin tanto dar la lata, si el hombre viene de la patata” (la música la tenéis que poner vosotros).
Es una de las buenas cosas que nos trajimos del Nuevo Mundo y, aunque al principio pensaban que eran frutos venenosos, un farmacéutico francés del XVIII demostró todo lo contrario y se dedico a promocionarla y lo consiguió, porque forma pareja con casi todos los integrantes del reino animal o vegetal.
Espero que con estas pequeñas ideas y las que se os puedan ocurrir, les deis buen uso.