La carne. Pondremos de vacuno, cerdo y pollo. Es una de las fuentes principales de proteínas y una norma el comerla por lo menos 3 o 4 veces por semana y parece que hay menos objetores que al pescado.
Que sepáis sólo la diferencia de calorías entre las tres variedades, para que sigáis pensando en vuestra línea: El vacuno y el pollo tienen poca diferencia, el cerdo gana por goleada y es el que menos contenido de proteínas tiene. Pero es muy buen elemento.
Del vacuno pocas recetas os podré dar, porque seguro que es lo que más utilizáis y es cocina de último momento. De pollo y sobre todo de cerdo hay cosas interesantes, porque quedan hechas de víspera o más (salen mejor) y sólo hay que calentar para comer.
El producto, obviamente, mejor si es fresco. Es decir, lo compráis y el mismo día lo preparáis. Pero si no podéis por la razón que sea, metedlo en el congelador nada más llegar a casa. Del frigorífico del supermercado al congelador de casa en el menor tiempo posible. Así es más fácil mantener el alimento en condiciones óptimas. Y para descongelar, no vale cualquier método. Lo ideal es que el proceso sea natural, según la temperatura ambiente. No os ayudéis del microondas para algo así salvo que sea una situación de urgencia. Eso sí, asumid que el resultado puede ser bastante malo.