Por lo menos una vez a la semana, el pescado debería ser de consumo obligado. Más, mejor. Dietéticamente es muy similar a la carne, pero tiene menos grasas y lógicamente menos calorías, en general, que también es un punto a su favor.
Eso sí, hay que comprarlo muy fresco y no tenerlo más de 24 horas en el frigorífico. Si lo vais a hacer, mejor lo congeláis y lo sacáis la víspera de ir a comerlo.
No penséis en las espinas, que tampoco dan tanto trabajo. Da lo mismo de mar que de río, blanco o azul. Todos son muy saludables. Aunque posiblemente el más sano de todos sea el azul. Tiene aceites que son fundamentales para el organismo del ser humano.
¿A que no sabéis que un pescado azul puede convertirse en blanco después de desovar? Para que veáis el poder de la reproducción.